El
actual Teatro Colón
La sala
La sala, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro
clásico italiano y francés. La excelencia de la acústica ha sido objeto de
reconocimiento internacional.
La planta está bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene
29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros
de altura. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades, pero también
pueden presenciar los espectáculos alrededor de 500 personas de pie.
Las localidades de Cazuela se ubican en el 4º piso, las de Tertulia en el 5º,
las de Galería en el 6º, y las correspondientes a Paraíso en el 7º piso.
Esta disposición característica de la época en que fue construido, ha sido
trabajada artísticamente para que el aspecto visual de la sala se valorice
por la armonía, el buen gusto de los adornos empleados y la coloración
lograda en todos los detalles.
En cuanto al color, toda la sala está tratada con el mismo criterio,
utilizando tonos cálidos derivados del rojo y del dorado.
La alfombra y el tapizado de las butacas son de terciopelo “sangre de dragón”.
A partir de la Tertulia se desarrolla un intercolumnio que continúa la
herradura de la planta para sostener la bóveda circular central. En ella está
ubicada una magnífica araña de siete metros de diámetro, con 700 lámparas eléctricas,
construida en bronce bruñido, que puede ser descendida –para su reparación o
su limpieza– hasta el piso de la platea, mediante un sistema mecánico. La araña
fue construida en Francia a fines del siglo XIX, y está considerada una magnífica
obra de cincelado. Los palcos son abiertos, a la usanza francesa, disposición
que permite una mayor visibilidad aún desde un segundo plano. La platea tiene
una suave pendiente, y el piso puede levantarse mediante un sistema de
ascensores mecánicos. Si se quitan las butacas se puede transformar el recinto
en un gran salón.
En el nivel de la platea se encuentran los palcos llamados Baignoires. Estos
diez palcos tienen la particularidad de estar cerrados con rejas de bronce, y
estaban destinados para los espectadores que guardaban luto o que por alguna
otra razón no querían ser vistos por los demás concurrentes. Ya no se usan, y
algunos han sido asignados como cabina de sonido para las transmisiones de
radio.
Espesos cortinados de terciopelo colorado cubren las entradas a la sala y
armonizan con los de los palcos, trabajados en seda natural francesa, de un tono
rosado, bordados en la parte exterior y forrados en amarillo oro.
Todos los pisos de la sala están iluminados con artísticos brazos de bronce
bruñido y tulipas que forman ramos. Esta cálida luz dorada destaca el resto de
la decoración y crea un clima de agradable intimidad.
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