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Jewish Tours Argentina

EL CONFLICTODE MEDIO ORIENTE

La misma historia de siempre

Gustavo Ernesto Demarchi

La hoy fenecida Unión Soviética, durante el prolongado conflicto entre potencias hegemónicas que sedenominó "guerra fría", apoyó a los adversarios de Israelcomo modo decontrarrestar la influenciadeEstados Unidos en la estratégica región. Las izquierdas de Occidente, en consecuencia adoptaron idéntica posición, convirtiéndose en pertinaces defensores de los intereses árabes. Una vez desaparecido el socialismo burocrático ruso ylos regímenes afines de Europa Oriental y Asia,el bando anti-israelí quedó huérfano de "protección" internacional y, por ende,redujo ostensiblemente su agresividad. Fue la gran oportunidad, a principios de los años´90,para que se arribara a un entendimiento perdurable en la región más convulsionada del planeta. El primer ministro Isaac Rabin así lo entendió y trabajó pacientemente para convenir con sus conflictivos vecinos un plan de devolución de territorios ocupados a cambio de seguridad interior y fronteriza para el Estado de Israel y su pueblo. Sin embargo, un fanático fundamentalista de ultraderecha tronchó la vida del estadista judío postergando una vez más el proyecto pacificador.

No obstante ello, unadécada después se reinició el procesotendiente a abandonarlos territorios tomados durante las guerras precedentes, transfiriendo la administración de los mismos a referentes locales. En ese camino de convergencia se formalizó la Autoridad Palestina y se avanzó en diferentes programas, consensuados entre las partes, orientados a garantizar la convivencia futura entre los estados actualmente rivales.

La izquierda internacional, en cambio, mantuvo su dogmática hostilidad política hacia Israel .Es más, luego del atentado a las torres gemelas, sus máximos representantes internacionales (dirigentes políticos e intelectuales), obnubilados por su maniquea aversión al "imperialismo yanki", protagonizaron un descomunal salto ideológico...hacia atrás, apoyando abiertamente alintegrismo islámico,la mentalidad más retardataria del planeta.

En el Medio Oriente, mientras tanto, la buena fe y la voluntad negociadora puesta de manifiesto por los israelíes pronto habría de ser defraudada.Por un lado, laorganización terrorista Hamas, que juró destruir Israel como sea, obtuvo el control del gobierno palestino; por el otro, Hisbollah (facción pro-iraní responsable de los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, que provocaron centenares de víctimas) consolidó su presencia política y militar en Yebel Amel (sur del Líbano), contando con la complicidad activa de los clérigos persas ylos milicos sirios, junto a"la vista gorda" del endeble gobierno libanés.No pasaría mucho tiempo sin que estos grupos, de nuevoenvalentonados,retomaran las maniobrasde hostigamientohacia las ciudades israelíes. El gobiernohebreo, por su parte, planteó una y otra vez a Siria eIrán queesta situación desestabilizaba el precario equilibrio conseguido. No hubo resultado positivo alguno;por el contrario, huestes armadas de una y otra banda terroristaasesinaron y secuestraron a soldados israelíes y atacaron zonas de Israel con misiles de alcancemedio. El desenlace era previsible.

Entre las décadas de 1940 y 1960, Egipto, Libia yJordania fueron los paladines de la guerra sin cuartel contra Israel . También en aquella época, hubo diferentes intentos por encontrar una fórmula de aveniencia de modo de evitar la confrontación y de asegurar la paz en la región.También, como ahora, los esfuerzos terminaban invariablemente en el fracaso. En 1967, la aviación israelí propinó un feroz -y definitivo- escarmiento a las fuerzas armadas de estos países beligerantes. A partir de allí, tanto Egipto como Jordania, se avinieron a reconocer la existencia del Estado judío y firmaron acuerdos de paz con éste, cuya vigencia ininterrumpida llega hasta nuestros días. Desde entonces, no han intervenidoni militar ni políticamente enel conflicto regional.

A la luz de tan contundente experiencia histórica, resulta evidente que para quienes han hecho de la confrontación armada su método exclusivo de hacer política (incluso, su modo de vida),la guerra sea el único lenguaje que entienden y que respetan.Es razonable, entonces,que Israel actualmente pretenda desmantelar los nidos donde se agazapan los milicianos terroristas de Hamas y de Hizbollah; parece lógico, además, que se quiera amonestar a las autoridades árabes y al Estado persa que, en un perverso juego de complicidades y disimulos, están apañando el accionar criminal y genocida de estos grupos.

La guerra es la más tenebrosa actividad humana, especialmente por el tremendo e irreparable daño que produce a las poblaciones civiles inocentes. Sin embargo, a veces es imposible evitarla sin provocar un perjuicio aún mayor del que se quiere eludir. Conviene recordar, que una oscura madrugada de 1945 la aviación aliada bombardeó masivamenta la ciudad alemana de Dresde, destruyéndola totalmente y matando a decenas de miles de hombres, mujeres y niños. Al poco tiempo, el siniestro régimen nazi sucumbía y la Humanidad conseguía acceder a una nueva oportunidad para construir un mundo mejor. La historia registra montones de ejemplos similares.

Hoy está en juego lasupervivencia de una sociedad moderna y pujante, modelo de progreso y civilización que debería ser orgullo del mundo entero. Lo importante, entonces, consiste en que sepamos detectar, despojados de prejuicios ideológicos y de eslógan demagógicos, quienes sonlos verdaderos enemigos de la paz .

Gustavo Ernesto Demarchi

Balvanera Sud, 25 de julio de 2006

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