20/07/14
AMIA: espiados y engañados
El testimonio de un espía de la Policía en la comunidad judía podría
explicar la falta de avance en la investigación.
Gabriel Levinas
Veinte años después de cometido el atentado antisemita más grande de nuestra
historia, aún continúa la onda expansiva de la bomba, esta vez enfrentando
de manera brutal a los familiares de las víctimas entre sí y a los
dirigentes de la comunidad judía con sus bases y entre ellos. Estas son
consecuencias seguramente impensadas por quienes pusieron el artefacto en la
mutual judía.
Pero hoy, gracias al testimonio de un espía de la Policía Federal plantado
por el Estado argentino a finales de los 80 en el seno de la colectividad
israelita, podemos comenzar a comprender las razones profundas de la
supuesta ineficacia de los sucesivos gobiernos en la investigación del
atentado.
El Fiscal Alberto Nisman, una vez que se repuso de la sorpresa de la
aparición de este nuevo jugador, comenzó a corroborar que cada uno de los
dichos de José Alberto Pérez, alias Yossi, eran ciertos.
El agente de la Federal se había infiltrado exitosamente en las entrañas de
la comunidad y había llegado a ser secretario de actas de la Organización
Sionista Argentina.
Había también sido elegido junto a cuatro paisanos más para ser entrenados
en seguridad y asesorar en las tareas de vigilancia en las distintas
entidades judías.
Según dichos del infiltrado, sospechaba que parte de la información por él
suministrada a su superiora "Laura" pudo haber sido utilizada para planear y
cometer el atentado que costó la vida de 85 personas. La Policía Federal ya
identificó y dio a la fiscalía la filiación real de la jefa del espía.
Yossi, en una larga entrevista cuyos aspectos fundamentales fueron
publicados en la reedición de mi libro La ley bajo los escombros , refiere
también al entrenamiento que recibían tanto los oficiales superiores como
los de inteligencia en el CAPE, un centro de entrenamiento especial de la
Federal.
Entre los aspectos teóricos se enseñaba el Plan Andinia, un viejo invento de
los antisemitas que sostenían que los judíos pretendían apropiarse de la
Patagonia.
Según Pérez, para la Federal los judíos, aún los de cuarta generación en la
Argentina "no eran considerados como nacionales".
Resulta mucho más fácil comprender entonces por qué desde el principio,
cuando los cuerpos de la víctimas estaban aún tibios, bomberos y agentes de
la Federal vaciaron los bolsillos y se robaron relojes y demás pertenencias
de la mayoría de la víctimas y comenzaron desde allí una verdadera parodia
de recolección de pruebas y rescate que ayudó a confundir de manera
definitiva toda la investigación que sobrevendría posteriormente. Cabe
recordar que uno de los jefes de Yossi, el comisario Carlos Castañeda fue
procesado por ocultamiento de pruebas en la causa AMIA.
El juzgado federal de Sebastián Ramos por impulso del fiscal Jorge Di Lello
llamará a declarar nuevamente a Yossi. En esta causa se investiga a Nilda
Garré, hoy embajadora ante la OEA, ya que Pérez se reunió con ella por lo
menos en dos oportunidades cuando era ministra de Seguridad y la funcionaria
tuvo conocimiento de sus actividades. Sin embargo, no hizo las
correspondientes denuncias.
Por un lado, omitió denunciar datos que pueden ser cruciales para el
esclarecimiento de la causa AMIA, expediente que conoció cuando dirigió la
unidad de investigación especial. Por el otro, siendo funcionaria del
Estado, no denunció a la Justicia el delito que significa hacer inteligencia
interna a la comunidad judía.
Como se puede apreciar, a veinte años, la onda expansiva sigue produciendo
daños, pero también el polvo que oculta la verdad se va asentando y se
revelan conductas que explican más claramente el encubrimiento que se
realizó desde el aparato del Estado.
http://www.clarin.com/politica/AMIA-espiados-enganados_0_1178282186.html

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